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No puedo estar sin ti, desde mi soledad, martirizando mi orgullo me obligo a decirte lo mucho que aúnTe Amo, las palabras se atascan una a una en el silencio, no puedo expresarlas, ni llamarte para decirlas. Escribiría tantas palabras para vos, pero algo enmudece mi alma. La distancia no me permite olvidarte, son tantos momentos que tengo dentro de mi que serían mil vidas por vivir para arrancarlos uno a uno, la compañía de la soledad no me resulta, el sabor de tus labios es el combustible de esta llama ardiente que quema mi vida, tus caricias marcaron mi ser, el color de tus ojos quedó en mi memoria, tu aroma a perfume cautiva el corazón de esta mujer; estoy pensando en ti mientras escribo. Sueño con los días no vividos que pudieron ser; calles recorridas bajo tantas lunas, ocasos vistos en tu compañía, puestas de sol a tu lado, parques, risas y mares donde el sabor de la sal lo endulzaron tus besos, que triste es despertar y que tu no estés. No logro entender tu ausencia; ¿orgullo o fracaso?, tu negativa frustró la ilusión de un amor puro, que pudo ser la historia más tierna de dos enamorados que se amaron y al final fueron felices, pero el amor sufrió la imperfección de la tristeza, se acabó el romance y se murió la dicha de amar; la lanza cruel de la intriga, motivaron celos destructores, y así te fui perdiendo. Hoy al reflexionar, descubrí que ya no vivo en ti y realmente me duele saberlo, ver lo bien que estas, mientras yo acá me siento morir por tu ausencia, amor de mi vida. No te olvido.